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NUEVO PROYECTO DE MANUEL GARCÍA ASOCIADOS · VIVIENDA AD HOC

Elegante, solemne, atemporal y rico en detalles. Así es el proyecto de diseño interior de Manuel García Asociados (Col. nº 0597) para la primera de las tres viviendas ubicadas en un abandonado edificio de Alicante, de los muchos que durante la crisis de 2008 se quedaron en estructura.

Los propietarios, tres hermanos, decidieron adquirir el inmueble y destinarlo a construir sus propias viviendas, una por planta. TRES CASAS PARA TRES HERMANOS.

Se trataba de un proyecto a largo plazo muy ilusionante, pues el objetivo era desentrañar la mejor solución para dar forma a lo que definieron como su “vivienda para siempre”, su “vivienda ideal”.

Encomendaron el diseño de un espacio Ad Hoc, pensado para responder a su modo de vivir, a sus gustos, a sus costumbres, sus manías y sus pasiones. Una casa de versátiles y amplios espacios, que favoreciese el orden y la limpieza visual.

Un pequeño recibidor conecta con un amplio distribuidor que nos conduce mediante una tenue iluminación indirecta a la zona de día.

Este pasillo queda definido en sus revestimientos por una contraposición de oscuros materiales provocando un efecto de profundidad y juego de reflejos, gracias al espejo parsol gris, pensado para robar parte de la abundante luz que baña la zona de día.

La iluminación natural se convertirá durante todo el proceso de diseño en la principal preocupación, como fuente de vitalidad y motor para la mejora del estado del ánimo de las personas.

Así, de los dos patios de luz que dispone cada altura, se decide vincular uno de ellos a la zona de servicio; y utilizar el otro como nexo de unión entre la zona de día y la de noche, propiciando un paso secundario por el exterior.

“Se busca otorgar a este patio un tratamiento más propio de una vivienda unifamiliar”, acristalándolo de suelo a techo y convirtiéndolo en el núcleo central de la vivienda. Un silencioso pulmón que impregna de sosiego y luz los pausados interiores, y los aleja del bullicioso tránsito de la fachada principal.

La zona de día aglutina salón, comedor y cocina. Pese que se trata de un “open space”, comedor y salón, quedan visualmente segmentados, gracias a un considerado mueble a dos caras, que contiene almacenaje, televisor y un quemador reposado sobre una elegante peana porcelánica en su parte inferior.

De manera similar, comedor y cocina, se delimitan a través de una enorme puerta corredera de vidrio parsol de tres hojas que permite independizar la cocina.

Los espacios resultantes, de limpias geometrías, con grandes volúmenes de almacenamiento integrados; así como los elegantes contrastes entre el tono roble claro del pavimento en espiga, y la oscura madera de los grandes elementos que equipan las principales zonas, marcan la personalidad de esta vivienda.

Espacios serenos, sin quiebros ni obstáculos, donde los extensos volúmenes de almacenaje y revestimiento esconden tabiques, pilares y todo elemento constructivo o funcional.

En el afán de plasmar un ambiente muy matérico, se acude al uso de porcelánicos pétreos de ricas texturas.

El modelo umbra e iseo de Inalco dan forma a las grandes piezas de la zona de día -la mesa de comedor, la chimenea y el lavabo del aseo de cortesía-, así como a los elementos más singulares de la zona de noche, -el peldaño del dormitorio y el volumen que conforma bañera y ducha de la propia suite-.

La suite principal está diseñada como un espacio abierto que abarca la habitación de matrimonio, un espacioso vestidor y un baño completo de generosas dimensiones, que cuenta con ducha, bañera, lavabos y una cabina cerrada para el inodoro.

Grandes puertas se esconden para segmentar intermitentemente los subespacios, y generan una doble circulación que beneficia la funcionalidad de la casa.

La presencia de la madera en constante contraste con los paños de laca blanca, y la iluminación indirecta, siempre semioculta y muy versátil, protagonizan la escena.

La zona infantil comprende el dormitorio de la hija de la pareja, su baño correspondiente y una estancia polivalente para juegos y estudio.

Los acabados de estos espacios domestican su crudeza transformando el oscuro teñido de la madera de los paramentos en un tono roble natural. El resultado son estancias más amables y ligeras.

Tal y como sucede en el resto de la vivienda, destaca una marcada iluminación, que aparece como si de un eje direccional se tratase. Una serie de perfiles se encastran en el falso techo, y gracias al contraste del negro, actúan como un trazo que dibuja el espacio y lo delimita.

Un pequeño despacho adherido al patio de servicio, completa el programa de necesidades de esta distinguida vivienda caracterizada por ser un fiel reflejo de la personalidad de sus integrantes.

Fotografías:  Mayte Piera